Bollos Suizos

Lo primero que hacemos es mezclar en un bol la leche templada, el azúcar y la mantequilla (la podemos derretir un poco en el microondas para que se integre mejor). Cuando esté todo integrado añadimos la levadura desmigada y los huevos que ya habremos batido previamente.

En otro bol, tamizamos la harina y la sal y vertemos sobre los ingredientes secos la mezcla anterior. Mezclamos bien hasta obtener una masa homogénea. Ahora podemos empezar a amasarla en una superficie lisa enharinada para que no se nos pegue. Estará lista cuando obtengamos una masa elástica.

La dejamos reposar tapada con un paño para que fermente. El tiempo dependerá de la temperatura ambiente, debe doblar su tamaño. Yo la he dejado 2 horas y media.

Cuando haya levado, la volvemos a amasar un poco y la dividimos en porciones de 50 gramos cada una para que todos los bollos non salgan del mismo tamaño. Les damos la forma que más nos guste, redondos, alargados… y los colocamos en la bandeja de horno forrada con papel de hornear. Cuando los tengamos todos listos, volvemos a tapar con un paño y dejamos reposar otra hora para que nuestros bollos se hinchen.

Precalentamos el horno a 220 grados con calor por arriba y por abajo.

Cuando haya pasado la hora, vamos a decorarlos: Los pintamos con huevo batido, para que adquieran un color dorado en el horno. Les hacemos unos cortes en los que colocaremos el azúcar al que le añadimos unas gotitas de agua para humedecerlo.

Cocemos nuestros bollos a 220 grados durante 5 minutos. Después bajamos la temperatura a 200 grados durante 10 minutos más. Es importante vigilar el tiempo de horneado para que no se nos quemen.